11 junio, 2011

ABUNDANCIA DE AGUA EN LA GUAJIRA Y LA MENTIRA DE SU ESCASEZ

El agua es un compuesto primordial para la vida. Sin disponibilidad para consumo,  la humanidad no hubiese progresado en el tiempo. Los egipcios fueron la primera civilización desarrollada en la prehistoria debido a la ubicación del imperio en el cauce bajo del Nilo que ya estaba rodeado por áreas muy desérticas. Condiciones comparables con La Guajira, diferenciando que el suelo es semiárido y fértil en presencia de todos los pisos (niveles) térmicos.
Nuestro departamento posee abundante agua. Tenaz información contrapuesta a aquella mentira reiterada: “Un territorio escaso de agua”. Pero La Guajira posee agua salada y dulce, corrientes y depósitos superficiales y subterráneos, desde termales frescas a nieves perpetuas. Hay insuficientes estudios sobre estos recursos; mas lo que verdaderamente sabemos hasta ahora es que, La Guajira tiene una enorme riqueza hídrica. Es nuestro patrimonio junto a los demás recursos naturales.

Siempre escuchamos lo contrario, porque se dejan llevar por la simple observación. “Las apariencias engañan”. El año pasado los colombianos no supieron que la tercera parte del territorio de nuestro departamento estuvo inundado debido a constantes lluvias producidas por el fenómeno de La Niña. Pues en Colombia poco se sabe de La Guajira y sus aspectos, aún se justifica “la sed” (problemas de desabastecimiento) con una supuesta “escasez de agua”. Los medios de comunicación de supuesta cobertura nacional hicieron invisible aquella inundación.
Por la mentira, hemos tenido nuestra necesidad de agua insatisfecha tanto para consumo humano y el sector productivo (p. ej. agricultura y ganadería) y empresarial. Este problema data de fin colonial originaba de  la ausencia de eficientes estructuras captadoras de agua. Actualmente el problema sigue en vigencia y la necesidad está más insatisfecha. La aparente independencia no mejoró la situación.
Algunas multinacionales españolas administran las pésimas estructuras de acueductos y saneamiento básico (p. ej. alcantarillado). Estos servicios públicos altamente costosos, de estructuras rudimentarias, funcionan con irregularidades. El agua potable no es apta para consumo humano debido al deficiente tratamiento, causando trasmisión de epidemias dermatológicas y demás como la diarrea. Las aguas residuales o negras se rebozan de las alcantarillas propagan problemas de salud por agentes patógenos en áreas urbanas, las aguas fétidas no son tratadas por lo cual generan impactos negativos al ambiente.
Esta grave problemática ha desatado en desastre social y ambiental. Los organismos de control y otras entidades del estado colombiano competentes en esos asuntos poco o nada actúan para detenerlos, los cuales a veces están en conocimiento del gobierno local y central. Para acrecentar la problemática, parte de los recursos hídricos como ríos están parcial o totalmente privatizados, es el caso del Ranchería. La privatización del agua obstaculiza su aprovechamiento por poblaciones que no tienen acceso a acueductos, vulnerándolas a hundirse en la miseria.
Ni la Constitución ni las leyes referentes nos amparan, sin embargo el estado colombiano hace cumplir con rigidez leyes y decretos que perjudican al departamento.
Del Plan Departamental de Aguas, departamental tiene poco y  del Fondo Monetario Internacional tiene mucho. Ese organismo mundial es el autor del proyecto dirigido al gobierno colombiano para su fomento, cuyo fin es ampliar (falsamente) la cobertura de agua.  Por lo contrario, endeuda al departamento y nos esclaviza en manos de  multinacionales extranjeras que nos estafan con sus servicios mal prestados.
No seguiríamos padeciendo este gran problema si se reconsidera la importancia y el buen uso del agua. La riqueza hídrica de La Guajira debe ser estudiada a fondo, lo cual indicará una oferta hídrica real comparada con la demanda de consumo humano y los sectores productivos y empresariales. También se tendría en cuenta el cuidado y la conservación de esta riqueza para futuras generaciones. No se justifica que poseyendo una enorme riqueza de agua, suframos su necesidad, siendo victimas del engaño.
Es necesario que lo anterior se realice. Los cuerpos de agua (no apto para consumo humano) asequible a poblaciones sin acceso a cobertura de acueducto, son contaminados por la actividad extractiva de carbón en el Cerrejón. Dicha actividad genera mínimos ingresos al departamento en comparación a su producción anual. Los gobernantes no ven la intensificación de la tragedia ambiental y social que por su omisión está desencadenándose.
Corre el tiempo y esta problemática ha sido un tema constante en la política, economía y sociedad del departamento, cuyas soluciones han sido ilusorias o fantásticas. Ha marcando intrínsecamente la vida en La Guajira durante las últimas décadas. Su impacto en la economía departamental es negativo, sucumbiéndonos en el atraso. Nunca existen proyectos que realmente den soluciones y menos cuentas claras que determinen la demanda real del recurso.
El Estado colombiano ha brillado por su ausencia en inversión para acabar con este mal. Pero sí  invirtió más de 580 mil millones de  pesos en la construcción de la represa El Cercado en Ranchería (sin consultar a los pueblos indígenas de la sierra nevada), y fin es satisfacer a empresas españolas y foráneas que establecerán sus capitales en los distritos de riego agroindustriales donde se cosecharán frutas y hortalizas para exportación.  Siendo ese el objetivo, se engaña a la población haciendo ver que este “megaproyecto” intenta acabar con “la sed que hay en el departamento”.
Difunden la mentira que “La Guajira tiene escasa agua” justificando de tal manera la “sed del departamento”. Como puedes entender, maneja a su gusto los supuestos escasos recursos hídricos para beneficio de las necesidades económicas ajenas, y no para atender la necesidad urgente de agua en nuestro territorio departamental.
El pueblo necesita urgente soluciones a esta problemática. Nuestros recursos hídricos reposan en manos privadas y la corta inversión (únicamente departamental) beneficia más al sector privado y muy poco o nada a la población. Cabe informar que las inversiones provienen de las regalías hidrocarburíferas que el gobierno central desde 2010 amenaza con despojar.
La tarea es conocer la magnitud de nuestra riqueza hídrica y así disfrutar de ella con prioridad. El pueblo no tiene esperanza en el gobierno central y local ante esta situación. Somos quienes debemos decidir por nuestra suerte y futuro. El paso fundamental es apropiarnos de esta riqueza hídrica. Hay que sentir la pertenencia por nuestra agua. A nadie más que nosotros mismos le interesa este asunto, por lo tanto debemos ser firmes en recuperar la potestad sobre el recurso sin importar los beneficios que dé a intereses ajenos.
De este paso fundamental se desatan en consecuencia verdaderos proyectos que realmente solucionarán la problemática y de manera continua generarán la satisfacción de necesidades de consumo de agua directa a la población y las actividades económicas, y regulación de la estructura de saneamiento básico. Asimismo emanciparemos la esclavitud de las entidades de servicios públicos que enriquecen sus capitales por medio de nuestra riqueza hídrica. De esta manera justa podremos gozar de nuestro recurso y trasformar el ámbito actual por el verdadero desarrollo económico, social y ambiental.

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