14 julio, 2011

GAS NATURAL Y NUESTRO BENEFICIO ARTIFICIAL

El campo Chuchupa abastece de gas a 
Colombia, satisfaciendo su necesidad
energética.
Desde los años setenta el departamento vislumbró el amanecer del desarrollo por medio de la extracción y explotación de algunos recursos naturales, claves para la producción  energética. La extracción de gas natural fue la primera en llenar de esperanza a su población que pernoctaba décadas en el umbral de la pobreza.
El gas natural es un recurso no renovable el cual remplazará al petróleo como  hidrocarburo más importante en el mercado mundial. En su esencia, es un recurso energético básico para generación de electricidad, la industria, el comercio, las viviendas, y los demás sectores que encadenan su uso. El gas guajiro ha significado el desarrollo económico para Colombia; pero no para La Guajira donde se extrae.
El 32% del gas es usado en plantas térmicas. Aún así, las plantas térmicas de La Guajira no están generando electricidad, están cerradas o paralizadas y la población departamental aclama urgentemente esa energía que puede generarse en suelo guajiro, sin embargo, es importada al departamento y vendida con tarifas costosas y aberrantes deficiencias. La falta de electricidad ha obstaculizado el sostenimiento y desarrollo de la incipiente industria.
Producto del gas guajiro, para 2010 en Colombia había más de 5,5 millones de usuarios del servicio de gas domiciliario; en La Guajira hay 5 mil, quiere decir que, del total de las familias residentes en el departamento apenas el 3% son usuarias, arrojando como resultado una ridícula y casi invisible cobertura de este servicio. Esa cifra representa un 0.08% del total de usuarios a nivel nacional. En esta situación, la falta de acceso a este recurso derrota a la población a vivir en calidad de vida deficiente, abismándose en la miseria.
Para agravar la situación, el Estado colombiano no subsidia el gas en La Guajira, lo que incide en el alto costo de las tarifas y acometidas las cuales dificultan su asequibilidad. Sin embargo, el Estado sí subsidia nuestro recurso energético en diferentes departamentos a domicilios y empresas; favoreciéndolos aquellos en depreciación nuestra, sin siquiera considerar a La Guajira como el segundo departamento más pobre del país después de Chocó, este ultimo no tiene acceso a gas a pesar que el gasoducto pasa cerca de su territorio.
Ni siquiera el gas natural vehicular (GNV) se ha puesto en marcha. Sabremos a destiempo si los costos tarifarios serán competitivos con el combustible líquido. Referente al tema, el 18% del gas es usado en las refinerías de petróleo. Si fuera por el Estado colombiano, el transporte en La Guajira estuviera paralizado. Obviamente, aquí el combustible es importado por contrabando de Venezuela y se comercia a bajo costo. Con todo el recelo que guarda el Estado colombiano por nuestro gas en nuestra tierra, de que no podamos ni prender un fogón: ¿Qué verdad o ficción se esconde en el negocio del GNV?
Planta térmica Termoguajira. Operada
por Gecelca, se encuentra semiparalizada.
Antes de empezar la extracción de gas natural en La Guajira, por sentido común se pensó que produciría desarrollo económico en el departamento. Se supone que junto a la extracción de carbón mineral se generaría electricidad suficiente para la demanda poblacional y “una industria creciente” además de los otros sectores potenciales como el comercio y turismo. La población anonadada creyó las falsas promesas del gobierno colombiano. Cuando arrancó la producción en 1978 por la multinacional Texas Petroleum Company ahora Chevron, los sueños del pueblo quedaron rotos.
En 2010 se calculó una extracción de más de 700 millones de pies cúbicos diarios (MPCD) del cual 170 MPCD son exportados hacia Venezuela por medio del gasoducto Transcaribe como parte del acuerdo binacional de los gobiernos colombiano y venezolano cuya vigencia alcanza hasta 2012.
En la práctica, La Guajira tiene como resultado más útil de la extracción de este recurso energético el pago de regalías, el cual de hecho significa el 67,6% del total de regalías por hidrocarburos que les son pagadas a la Gobernación y los Municipios dentro del área de extracción. Pese a que muchas personas creen que todas las regalías por hidrocarburos, o en su mayoría, provienen de la extracción de carbón mineral; sin embargo el año pasado se recibieron más 270 mil millones de pesos por gas, mucho más que 140 mil millones por carbón.
Lo anterior es lo verdaderamente útil que La Guajira recibe por la extracción de nuestro gas. Tristemente aunque no debiera ser así. Aquello no es más que una simple limosna útil para muy poco ante el ostracismo económico del departamento, las necesidades y penurias de su población. La Guajira es una economía de enclave, es decir, una colonia en proceso de saqueo de sus recursos para generar beneficios y satisfacción a grandes capitales privados, a intereses gubernamentales y la población colombiana exceptuando La Guajira.
Sencillamente, el gas es extraído para ser consumido según los criterios e intereses del Estado colombiano, en los cuales nosotros no estamos incluidos. Así nuestro gas natural es absorbido como riqueza para extraños, y por tanto debemos (?) resignarnos a exiguas migajas: Las regalías vienen a representar unos cuantos centavos a diferencia de los billones de pesos que el Estado colombiano recibe en regalías por extracción de nuestro gas, y la baja cobertura de acceso a gas domiciliario, son solo migajas del gas el cual se supone de ser un medio de subsistencia nuestro.
La electricidad consumida en La Guajira no se produce en el departamento, pero sí se genera y se alimenta en subestaciones con nuestro gas. Ni siquiera recibimos los impuestos por la extracción del recurso en mención, los cuales han sido girados a ciudades como Barranquilla, Medellín y Bogotá para financiar sus proyectos. Peor aún, La Guajira ha caído en la dependencia de las regalías lo cual convierte al departamento en un esclavo de la manutención hipócrita “bondadosa” del gobierno colombiano, lo que hace más posible el control de su política interna a gusto de los intereses de las empresas y de ese gobierno el cual siempre ha mostrado desinterés por nuestra situación.
Asimismo, Colombia depende estratégicamente de nuestros campos de gas. Sin su extracción, la economía nacional colapsaría por completo. La Guajira mueve a Colombia; pero Colombia, como pulpo desaforado, absorbe nuestro patrimonio sin siquiera retribuir justamente al departamento lo que extrae. 
Por ultimo, se ha calculado que para 2019 la producción se reducirá a menos de 270 MPCD iniciando su descenso en 2012, lo que traerá una grave crisis pública por la reducción de sus recursos fiscales (regalías) de los cuales depende. Aquí es donde el futuro es incierto para el departamento, porque después que saqueen este recurso ya no tendremos otro soporte ni siquiera lo habremos usado para nuestro beneficio.
Al agotarse por completo este recurso energético, la multinacional se irá así como vino, igual que los intereses del Estado colombiano apáticos a nosotros. Quedará para la historia este episodio colonial, característico del saqueo del recurso y enriquecimiento de intereses ajenos a los nuestros, y el olvido a nuestra suerte. Similar episodio repetido en nuestra historia: Primero una colonia perlífera, después una colonia forestal y ahora una colonia energética.

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